jueves, 31 de enero de 2013

DECIR CREO EN DIOS PADRE TODO PODEROSO ES DECIR CREO EN EL PODER DEL AMOR DE DIOS

Ciudad del Vaticano, 30 enero 2013 (VIS).-La primera y fundamental definición que el Credo nos presenta de Dios: Padre Todopoderoso, ha sido el tema de la catequesis de Benedicto XVI durante la audiencia general de los miércoles celebrada en el Aula Pablo VI.

“No siempre es fácil hoy en día hablar de la paternidad -ha dicho el Papa- (...) y se convierte en un problema incluso imaginar a Dios como un padre, sin tener modelos adecuados de referencia. Para aquellos que han tenido la experiencia de un padre demasiado autoritario e inflexible, o indiferente y poco afectuoso o incluso ausente, no es fácil pensar con serenidad en Dios como Padre y entregarse a Él con confianza. Pero la revelación bíblica nos ayuda a superar estas dificultades hablándonos de un Dios que nos muestra lo que significa verdaderamente ser "padre"; y es sobre todo el Evangelio que revela el rostro de Dios como un Padre que ama hasta llegar al don de su propio Hijo para la salvación de la humanidad”.

El Santo Padre, a la luz de las Escrituras y de los textos de los evangelistas, ha explicado que Dios es nuestro Padre porque “nos ha bendecido y escogido antes de la creación del mundo”, “nos ha hecho realmente sus hijos en Jesús. Y, como Padre, acompaña con amor nuestra existencia, dándonos su Palabra, sus enseñanzas, su gracia, su Espíritu. (...) Y si es lo suficientemente bueno para hacer "salir su sol sobre malos y buenos, y ... la lluvia sobre justos e injustos" siempre podremos sin temor y con total confianza, abandonarnos a su perdón de Padre cuando equivocamos el camino”.
El salmo 136, recorriendo la historia de la salvación, repite “Porque su amor es para siempre" y, ha subrayado el Pontífice,: “El amor de Dios Padre nunca falla, no se cansa de nosotros (...) La fe nos da esta certeza que se convierte en roca segura en la construcción de nuestras vidas: podemos afrontar todos los momentos de dificultad y de peligro, la experiencia de la oscuridad de la crisis y del tiempo del dolor, sostenidos por la confianza de que Dios no nos deja solos y siempre está cerca, para salvarnos y llevarnos a la vida eterna.”

Y, el rostro bondadoso del Padre que está en los cielos, “se muestra plenamente en el Señor Jesús. Conociéndole, podemos conocer al Padre y viéndole podemos ver al Padre (...) La fe en el Dios Padre nos pide que creamos en el Hijo, bajo la acción del Espíritu, reconociendo en la Cruz que salva la revelación definitiva del amor divino. Dios es nuestro Padre que entrega a su Hijo por nosotros; Dios es nuestro Padre, perdonando nuestros pecados y llevándonos a la alegría de la vida resucitada”.

Pero podemos preguntarnos: ¿Cómo es posible imaginar un Dios todopoderoso mirando a la cruz de Cristo? .“Quisiéramos una omnipotencia divina que correspondiese a nuestros esquemas mentales y a nuestros deseos: un Dios "Todopoderoso" (...) que venciera a las potencias adversas, que cambiase el curso de los acontecimientos y anulase el dolor. (...) En realidad, ante el mal y el sufrimiento, para muchos, para nosotros resulta problemático, difícil, creer en un Dios Padre y creer que es todopoderoso”.

Pero la fe en el Dios Todopoderoso “nos lleva por caminos muy diferentes: aprender a conocer que el pensamiento de Dios es diferente del nuestro, que sus caminos son diferentes de los nuestros e incluso su omnipotencia es diferente: no se expresa como una fuerza automática o arbitraria(...) En realidad, Dios al crear a criaturas libres, dándoles libertad, ha renunciado a un parte de su poder, dejándonos el poder de nuestra libertad. Así, ama y respeta la libre respuesta de amor a su llamada. Su omnipotencia no se expresa ni en la violencia, ni en la destrucción de todo poder adverso, como quisiéramos, sino en el amor, la misericordia, el perdón, en la llamada incansable a la conversión del corazón, (...) en una actitud sólo aparentemente débil, hecha de paciencia, mansedumbre y amor, (...) Esta es la potencia de Dios y esa potencia vencerá”.

“Sólo quien es realmente poderoso puede aguantar el dolor y mostrarse compasivo; sólo quien es realmente poderoso puede ejercer plenamente la fuerza del amor. Y Dios, a quien pertenecen todas las cosas, porque todas las cosas fueron hechas por Él, revela su fuerza amando a todos y a todo, en una paciente espera de nuestra conversión, porque quiere que seamos sus hijos (...) La omnipotencia del amor no es la del poder del mundo, sino la del don total, y Jesús, el Hijo de Dios, revela al mundo la verdadera omnipotencia del Padre dando su vida por nosotros, los pecadores. Esta es la (...) auténtica potencia divina: responder al mal no con el mal sino con el bien, (...) al odio asesino con el amor que da la vida. Así se vence verdaderamente el mal, porque el amor de Dios lo lava; así la muerte es finalmente derrotada, porque se transforma en don de vida. Dios Padre resucita a su Hijo: la muerte, la gran enemiga es devorada y privada de su veneno y nosotros, liberados del pecado, podemos acceder a nuestro realidad de los hijos de Dios”.

Por eso cuando decimos "Creo en Dios Padre Todopoderoso," expresamos “nuestra fe en el poder del amor de Dios que, en su Hijo muerto y resucitado vence al odio, al mal , al pecado y nos da vida eterna, la de los hijos que quieren estar siempre en la "Casa del Padre" .

miércoles, 23 de enero de 2013

Cuando Comienza la Vida?


En abril de 1981, el subcomite judiciario del senado de Estados Unidos que se cuestionaba sobre la siguiente pregunta ¿Cuando es que comienza la vida humana?. Para ello hablaron en nombre de la comunidad científica un grupo de genetistas y biólogos internacionalmente reconocidos, quienes afirmaron básicamente que la vida humana empieza en la fecundación.

El Dr. Micheline M. Mathews-Roth, de la escuela de medicina de Harvard, dió su testimonio confrimatorio, reforzado con referencias de mas de 20 libros de texto de embriologia y medicina, de que la vida humana comienza en la fecundación.

El padre de la genética moderna, Dr. Jerome Lejeune, a quien la ciencia mundial reconoce unánimemente como uno de los primeros y más calificados investigadores en genética y reconocido mundialmente por sus descubrimientos, dijo a los que legisladores: "Aceptar el hecho de que despues de que la fertilizacion un nuevo ser humano cobra vida, ya no es un motivo de pruebas u opiniones, es simple evidencia . No tengo duda alguna: abortar es matar a un ser humano, aunque el cadáver sea muy pequeño".

El Dr. Hymie Gordon Chairman, del Departamento de Genética de la Clinica Mayo en E.U., agregó: "Basado en todos los criterios de la biología molecular, la vida está presente en el momento de la fecundación".

Dr. Richard V. Jaynes: "Decir que el comienzo de la vida humana no puede ser determinado científicamente, es ridículo ".

Te invitamos a ser un héroe, a levantar la voz por aquellos que no pueden.

Fuente: Catholic.net



jueves, 17 de enero de 2013

¿POR QUÉ “SER FAMILIA” ES UN RETO?




Por: Carlos  Mario Ríos y Paula Carranza (Esposos)


La decisión más acertada de nuestras vidas fue cuando aceptamos formar un hogar, esta gran aventura la iniciamos decididos a afrontar verdaderos retos, que para nosotros en el momento se veían algo difícil y complicados de resolver.

Pero ahora vemos que en el transcurso de estos nueve años de matrimonio, esos retos han sido posibles de enfrentar, al depositar nuestra confianza y amor el las manos de DIOS. Todos los que de alguna manera formamos parte de una familia, conocemos y sabemos muy bien por experiencia propia lo que significa constituir un matrimonio y un hogar.

La familia es, sobre todo, una comunidad de amor formada por personas que comparten lazos de sangre, que empieza con el matrimonio de un varón y una mujer y crece por su amor generoso abierto a la vida.

Para los que nos proponemos “Ser familia hoy”, asumimos un verdadero “reto”. En efecto, la familia es el lugar de aprendizaje del Amor y de Solidaridad, dos valores que siempre la deben acompañar en su composición, formación y maduración, pero que hoy día están siendo desplazados por concepciones egoístas y materialistas, que desdibujan los verdaderos principios de unidad e integridad.

LOS RETOS DE LA FAMILIA EN LA ACTUALIDAD.
 
Un individualismo que incapacita para amar.

Vemos como una actitud egoísta del amor dentro del matrimonio, convierte ese amor de donación y de entrega, en una forma de satisfacción únicamente personal, “utilizando al otro”.

El amor verdadero no responde a sentimentalismos baratos, ni es igual a placer sexual, porque conduce al fracaso y a la destrucción del  matrimonio.
Cuando es autentico el amor matrimonial, el tiempo lo hace firme y fuerte; no lo desgasta.

La inmadurez que incapacita para amar.

Una de las enfermedades sociales más destructivas de la actualidad, son la separación y el divorcio: fruto de la inmadurez que imposibilita asumir compromisos de responsabilidad para siempre (los que mas sufren son los hijos que tendrán como resultado la posibilidad de inmadurez para sus vidas). Esta propuesta es  fruto de un vacío cultural que promueve: “el no se casen”-“no tengan hijos”- “no se comprometan”.

Nuestro reto es formar hijos con capacidad de ser responsables de las personas que involucran en sus opciones (esposa(o)-hijos).

El no a la vida incapacita para amar.

La sociedad actual presiona a los gobiernos, a que generen leyes destructoras de la vida, es decir la familia esta siendo atacada y conducida hacia el “no a la vida”, las nuevas generaciones están creciendo en medio de una cultura que desprecia la vida: anticoncepción, aborto, violencia, eutanasia, ideologías de género.

Un verdadero desafío para nosotros como familia, es valorar la vida en su seno; que nuestros hijos sepan que sus vidas valen, son fruto del amor.

La no transmisión de valores incapacita para amar.

En un mundo en el que se desprecia la vida humana, es alarmante la cantidad de niños y jóvenes que tienen baja estima, lo cual tiene como consecuencia: alcoholismo, drogadicción, sexo libre, desviaciones sexuales, vagancia, vivir sin proyectos de futuro.

Lo que nosotros como padres debemos transmitir a nuestros hijos, son fundamentalmente tres cosas: el valor de sus vidas, virtudes y hábitos, una transmisión de la fe que lleve a DIOS.

No tengamos miedo  de educarlos, guiarlos, acompañarlos, brindarles tiempo,  saber escucharlos  con cariño y ternura, ya que son el tesoro más grande  que Dios nos ha confiado.

El matrimonio capacita para amar de una manera real y efectiva, cosa que hemos vivido como una experiencia de reciprocidad, de esfuerzo mutuo; expresión sublime de un solo cuerpo, una sola carne.

Nuestra cultura no acaba de entender el matrimonio: Lo contempla como una ceremonia, un contrato, un compromiso, un acto social… El sí en la boda es un acto profundísimo, inigualable, por el que dos personas se entregan plenamente y deciden amarse de por vida.

Por eso, si no me caso, si excluyo ese acto de donación total, estaré imposibilitado para amar de veras a mi cónyuge: como quien no se entrena o no aprende un idioma resulta incapaz de hablarlo.

Cena Familiar enero