lunes, 16 de abril de 2012

Encuentro Pastoral Familiar


El domingo 15 de abril de 2012, se realizó en el Colegio Salesianos, del Municipio de La Ceja  el encuentro familiar con los servidores de la Pastoral, fue una jornada de integración y  reflexión, donde los asistentes lograron elaborar  diferentes conclusiones, tanto   a nivel personal, familiar como  grupal.
El Padre William, delegado de la Pastoral  Familiar brindo elementos  que permitieran  a las familias indagar sobre su situación particular. Posteriormente se realizó una plenaria donde cada uno de los asistentes se enriqueció con los aportes y testimonios de las demás familias.
En las horas de la tarde, las familias participaron de una carrera de observaciones, donde se invitó a los asistentes a llevar esta actividad a momentos de sus vidas, para concluir que “La familia es el mayor tesoro de la humanidad.”
El encuentro finalizó con la Eucaristía, donde se encomendaron las familias a Dios.







 











lunes, 9 de abril de 2012

PALABRAS DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI AL FINAL DEL VÍA CRUCIS EN EL COLISEO


“Queridos hermanos y hermanas

Hemos recordado en la meditación, la oración y el canto, el camino de Jesús en la vía de la cruz: una vía que parecía sin salida y que, sin embargo, ha cambiado la vida y la historia del hombre, ha abierto el paso hacia los «cielos nuevos y la tierra nueva» (cf. Ap 21,1). Especialmente en este día del Viernes Santo, la Iglesia celebra con íntima devoción espiritual la memoria de la muerte en cruz del Hijo de Dios y, en su cruz, ve el árbol de la vida, fecundo de una nueva esperanza.

La experiencia del sufrimiento y de la cruz marca la humanidad, marca incluso la familia; cuántas veces el camino se hace fatigoso y difícil. Incomprensiones, divisiones, preocupaciones por el futuro de los hijos, enfermedades, dificultades de diverso tipo. En nuestro tiempo, además, la situación de muchas familias se ve agravada por la precariedad del trabajo y por otros efectos negativos de la crisis económica. El camino del Via Crucis, que hemos recorrido esta noche espiritualmente, es una invitación para todos nosotros, y especialmente para las familias, a contemplar a Cristo crucificado para tener la fuerza de ir más allá de las dificultades. La cruz de Jesús es el signo supremo del amor de Dios para cada hombre, la respuesta sobreabundante a la necesidad que tiene toda persona de ser amada. Cuando nos encontramos en la prueba, cuando nuestras familias deben afrontar el dolor, la tribulación, miremos a la cruz de Cristo: allí encontramos el valor y la fuerza para seguir caminando; allí podemos repetir con firme esperanza las palabras de san Pablo: «¿Quién nos separará del amor de Cristo?: ¿la tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?... Pero en todo esto vencemos de sobra gracias a aquel que nos ha amado» (Rm 8,35.37).

En la aflicción y la dificultad, no estamos solos; la familia no está sola: Jesús está presente con su amor, la sostiene con su gracia y le da la fuerza para seguir adelante, para afrontar los sacrificios y superar todo obstáculo. Y es a este amor de Cristo al que debemos acudir cuando las vicisitudes humanas y las dificultades amenazan con herir la unidad de nuestra vida y de la familia. El misterio de la pasión, muerte y resurrección de Cristo alienta a seguir adelante con esperanza: la estación del dolor y de la prueba, si la vivimos con Cristo, con fe en él, encierra ya la luz de la resurrección, la vida nueva del mundo resucitado, la pascua de cada hombre que cree en su Palabra.

En aquel hombre crucificado, que es el Hijo de Dios, incluso la muerte misma adquiere un nuevo significado y orientación, es rescatada y vencida, es el paso hacia la nueva vida: «si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto» (Jn 12,24). Encomendémonos a la Madre de Cristo. A ella, que ha acompañado a su Hijo por la vía dolorosa. Que ella, que estaba junto a la cruz en la hora de su muerte, que ha alentado a la Iglesia desde su nacimiento para que viva la presencia del Señor, dirija nuestros corazones, los corazones de todas las familias a través del inmenso mysterium passionis hacia el mysterium paschale, hacia aquella luz que prorrumpe de la Resurrección de Cristo y muestra el triunfo definitivo del amor, de la alegría, de la vida, sobre el mal, el sufrimiento, la muerte. Amén”.

http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2012/april/documents/hf_ben-xvi_spe_20120406_via-crucis-colosseo_sp.html

Oración del Papa por la familia


"Roma.- El Papa Benedicto XVI alentó a las personas amenazadas por el desempleo y otros problemas económicos para extraer coraje y fuerza de los sufrimientos de Jesucristo crucificado al encabezar la procesión tradicional del vía crucis del Viernes Santo a la luz de las velas en el antiguo Coliseo.

El Vía Crucis está dedicado en esta ocasión a la familia, la cual, según se señaló en el rito de introducción, "tienen también su Vía Crucis: las enfermedades, muertes, apuros económicos, pobreza, traiciones, comportamientos inmorales de uno y de otro, discordias con los familiares, calamidades naturales", informó AP.

La solemnidad comenzó con una plegaria en la que se subrayó el tormento que padeció Cristo, "al que reconocemos abandonado donde quiera que sea y de cualquier modo, en los dolores personales de los hombres, en los colectivos, en las miserias de tu Iglesia y en las noches de la humanidad".

Las meditaciones de las 14 estaciones del Vía Crucis fueron encargadas este año por el pontífice al matrimonio italiano formado por Danilo y Anna María Zanzucchi, de la agrupación Familias Nuevas, cercana al Movimiento de los Focolares.

En las mismas se denunciaron las traiciones de muchos cónyuges, el no respetar los compromisos, las separaciones, divorcios y abortos.

También se subraya el papel de las madres, "siempre disponibles y presentes, de las que por desgracia a veces nos olvidamos, pero a las siempre acudimos cuando las necesitamos", y el de los hijos, abogando para que sean educados en la sobriedad y el sacrificio".

Tomado de: http://www.eluniversal.com/internacional/120407/el-papa-elevo-una-oracion-por-la-familia-y-los-desamparados

lunes, 2 de abril de 2012

Ataques contra la familia


“Todos los días leemos en los diarios y vemos en los telenoticieros, reportes sobre capturas de bandas delincuenciales o en algunos casos, la dotación de nuevos implementos para la policía, o hasta incluso, la inauguración -hecha con gran pompa- de nuevos centros penitenciarios. Sin embargo, casi nunca reflexionamos sobre si estamos atacando los males de raíz, o si sólo estamos colocando paños de agua tibia para curar una enfermedad cuyo tumor se encuentra en lo más profundo de nuestra sociedad.

La descomposición social que padecemos hoy en día no se arregla con soluciones esquivas, que sólo ven cómo remediar las consecuencias mas no buscan ir al origen mismo del problema.

Personas sumidas en el alcohol y las drogas, personas en cuyo interior existe un conflicto, que en un principio formaron parte de una familia, pero que dentro de ellas no hallaron el espacio que necesitaban y lo buscaron en el lugar menos indicado.

Conflicto al interior del corazón humano, ese es el problema de fondo que aqueja a la sociedad. Conflictos que pueden ser solucionados si se refuerza a la familia, que es la primera escuela donde las personas deben ser formadas en los principios y valores morales que regirán sus vidas.

Sin embargo, vemos cómo la familia es constantemente atacada hoy en día, atacada desde su misma composición con proyectos de ley que buscan equiparar el matrimonio con las uniones homosexuales. Atacada con leyes que en vez de fortalecerla, la debilitan al abrirle paso con mayor facilidad al divorcio. Atacada mediante leyes que atentan contra su apertura a la vida al promover el aborto, en fin, atacada de diferentes maneras y aún por aquellos que deberían velar por su integridad.

Todo esto socava los cimientos de la familia, hiriéndola de muerte porque en su interior los valores de la sociedad de consumo están reemplazando a los valores espirituales; trayendo como resultado el vacío de sus miembros y la búsqueda de soluciones en el exterior, cuando estas están dentro del corazón humano.

Este cambio de valores y sus consecuencias lo podemos constatar cada uno de nosotros dentro de sus propios hogares, en unos más que en otros. Ya no hay tiempo para comunicarse, para dialogar e intercambiar las experiencias, sueños y temores entre los miembros de una misma familia; pero sí hay tiempo para ver más televisión. Ya no hay tiempo para escuchar a los hijos o a la esposa o esposo, pero sí para aumentar la carga laboral y para salir con los amigos. Y si no hay tiempo para conversar y compartir experiencias con aquellos a quienes "vemos", ¿habrá tiempo para hablar y escuchar a Dios?

Esta falta de afecto y acogida dentro de la familia hace que sus miembros -especialmente los hijos- sientan sus necesidades básicas insatisfechas -como el amar y ser amados-, trayendo como manifestaciones de esta frustración de desamor, la violencia o la fuga de la realidad mediante el alcohol y las drogas.

Fortalecer la familia, es un camino privilegiado para sanar la sociedad, de lo contrario nos seguiremos enredando en las consecuencias antes mencionadas y nos seguiremos enfrentando sólo con medidas paliativas, creando un círculo vicioso que cada vez se estrechará más.

Fortalecer la familia es acercarla a Dios, encausarla por el camino que El diseñó para ella y para el que fue creada”.


Tomado de: http://www.aciprensa.com/Familia/solu-fam.htm